El ministro británico David Lidington, considerado el "número dos" del Gobierno, avanzó ayer que el gabinete que preside la conservadora Theresa May no concederá a Escocia la autorización para celebrar un segundo referéndum de independencia.

Lidington respondió así al anuncio de la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, que el miércoles se comprometió a impulsar la convocatoria de una nueva consulta antes de mayo de 2021 (cuando finaliza la actual legislatura), para lo que necesita la luz verde de Downing Street.

"No vemos ninguna prueba de que haya una demanda de la gente de Escocia para revisar la decisión que tomaron en 2014", dijo Lidington en Glasgow en referencia al referéndum de independencia que Escocia celebró en 2014 y en el que el 55% rechazó la separación.

"En ese momento se dijo que el referéndum resolvía la cuestión para una generación. No veo cómo ayudaría a solucionar los problemas de las escuelas y los hospitales escoceses", señaló el ministro.

Para que la región británica pueda celebrar un plebiscito, necesita que el Ejecutivo británico acceda a activar la llamada "sección 30", que otorgaría al Parlamento escocés los poderes necesarios para legislar sobre la nueva consulta.