El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, en la cárcel por corrupción desde abril de 2018, podría pasar a un régimen de prisión domiciliaria en septiembre, después de que su pena, en uno de los ocho casos que le afectan , fuese reducida a ocho años y diez meses.

La disminución de la condena, que en primera instancia fue de nueve años y luego se amplió a doce en segunda, fue decidida de forma unánime este martes por los cuatro miembros de la Quinta Sala del Tribunal Superior de Justicia. Esa corte, que actúa como tercera instancia, analizó una serie de apelaciones presentadas por la defensa del expresidente, que incluían hasta anular la causa, la primera en la que fue condenado y por la que ingresó a la prisión el 7 de abril del año pasado.

Los recursos fueron negados uno a uno, pero los jueces fueron unánimes en relación a que la pena dictada en segunda instancia, que aumentó la de la primera, fue "excesiva".