El vencedor de las elecciones presidenciales del domingo en Ucrania, el cómico Vladímir Zelenski, dará prioridad a las negociaciones con Rusia para acabar con la guerra del Donbás, que enfrenta al Ejército de Kiev con las milicias prorrusas de la región suroriental del país.

Escrutado el 99,6% de las papeletas, Zelenski se impuso al presidente saliente, Petró Poroshenko, con un respaldo del 73,22%, muy similar al que el domingo adelantaron las encuestas a pie de urna. Una victoria tan arrolladora es histórica en Ucrania y se ve reforzada por el hecho de que Zelenski se impuso en todas las provincias del país, menos en la occidental de Lviv, cuna del nacionalismo ucraniano.

Los trece millones de votos conseguidos por el vencedor contrastan con los cinco millones de Poroshenko, quien aseguró que buscará la revancha en las elecciones parlamentarias de otoño, en las que Zelenski, un novato en la política, tiene el reto de conformar una mayoría que respalde sus políticas.

De hecho, no se descarta que al final Poroshenko, cuyo partido controla actualmente el Legislativo, asuma el cargo de primer ministro, más influyente en la vida diaria que el de jefe del Estado.

El Kremlin reaccionó con prudencia a la victoria de Zelenski, aunque consideró "prematuro hablar de las felicitaciones de Putin y de la posibilidad de trabajo conjunto". Por su parte, la UE sí envió sus felicitaciones al vencedor pero le instó, en palabras de la canciller alemana, Angela Merkel, a acometer "la reforma de la Justicia, la descentralización y la lucha contra la corrupción".