Alan García, nacido en 1949, protagonizó una fulgurante carrera política que a los 36 años lo convirtió en el presidente más joven de Latinoamérica y le valió el apelativo de "Caballo loco". Sin embargo, el juicio sobre su primer mandato (1985-1990), en el que el entonces socialdemócrata estableció una relación de proximidad con Felipe González (1982-1996), es hoy considerado catastrófico tanto por la crisis económica que se abatió sobre el país como por las acometidas del grupo guerrillero maoísta Sendero Luminoso. De hecho, García perdió las elecciones de 1990 ante el neoliberal Alberto Fujimori, quien en 1992 dio un autogolpe que lo mantuvo en el poder hasta su destitución en el año 2000.

Tras años de exilio, logró volver a imponerse en las urnas en 2006, aunque esta vez su programa era de un derechismo económico y social claro. Desalojó de la presidencia al izquierdista Ollanta Humala y completó un quinquenio marcado por el éxito económico. Sin embargo, en 2016 fracasó en su intento de conseguir un tercer mandato, con apenas un 5% de los votos.

A finales de ese año, Marcelo Odebrecht confesó que durante años pagó millones de dólares a altos funcionarios peruanos para adjudicarse obras públicas, entre ellos a jerarcas del gobierno de García.

Poco a poco fueron cayendo figuras vinculadas al presidente, en un círculo cada vez más próximo y estrecho y la fiscalía abrió formalmente una investigación en su contra.