El presidente de EEUU, Donald Trump, decidió este lunes reemplazar al jefe del Servicio Secreto, Randolph Alles, por James Murray, otro agente de ese cuerpo encargado de proteger al mandatario estadounidense, en medio de rumores de una amplia purga en su equipo de seguridad nacional.

"El director del Servicio Secreto de EEUU, Randolph 'Tex' Alles, ha hecho un gran trabajo en la agencia durante los últimos dos años, y el presidente está agradecido por sus más de 40 años de servicio al país", escribió en un comunicado la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders.

"El señor Alles dejará su cargo pronto, y el presidente Trump ha seleccionado a James M. Murray, un miembro de carrera del Servicio Secreto, para que tome el relevo como director a partir de mayo", añadió la portavoz.

El mensaje de Sanders llegó poco después de que varios medios informaran de que Trump había pedido a su jefe de gabinete en funciones, Mick Mulvaney, que despidiera a Alles.

Murray, de quien hay poca información pública, no necesitará la confirmación del Senado para reemplazar a Alles, que dirigía el Servicio Secreto desde abril de 2017, tres meses después de que Trump llegara al poder.

El Servicio Secreto depende del Departamento de Seguridad Nacional, que hasta este domingo dirigía Kirstjen Nielsen.

Tras la renuncia de esa funcionaria, Trump nombró a Kevin McAleenan como secretario interino de Seguridad Nacional, y según varios medios, planea nominar a un candidato de línea más dura para dirigir esa agencia responsable de la inmigración.

Se rumorea que Trump quiere cambiar también a otros líderes del aparato migratorio, en particular al jefe del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (Uscis), L. Francis Cissna, y al abogado general del Departamento de Seguridad Nacional, John Mitnik.

La Casa Blanca no dio una razón para el despido de Alles, pero el Servicio Secreto ha recibido algunas críticas a raíz del caso de Yujing Zhang, una mujer que a comienzos de abril consiguió adentrarse en el perímetro del club privado de Trump en Florida, Mar-a-Lago.

Zhang, que enfrenta hasta cinco años de prisión y 350.000 dólares en multas, alcanzó a ingresar en un primer control del club con dos pasaportes chinos, cuatro celulares, un disco duro, un computador portátil y el dispositivo con el "malware"(programa maligno), de acuerdo a una demanda judicial a la que tuvo acceso Efe.

El Buró Federal de Investigaciones (FBI) inició una investigación la semana pasada para determinar si ese incidente podría estar relacionado con una posible operación de espionaje china.

Esa pesquisa también abarca a Cindy Yang, una empresaria que se fotografió con Trump en febrero en Mar-a-Lago y que dirige una firma de consultoría que promete a empresarios chinos contactos con el entorno del presidente.

Sin embargo, Trump aseguró la semana pasada que "no podría estar más contento con el Servicio Secreto", y que ese cuerpo encargado de su protección "ha hecho un trabajo fantástico desde el día uno", lo que choca con la decisión de expulsar a su jefe.