Decenas de miles de palestinos se concentraron ayer ante la valla que separa Gaza de Israel en una nueva protesta contra el bloqueo de la Franja y para conmemorar el primer aniversario de la "gran marcha del retorno", en la que el año pasado murieron 16 personas. Ayer, la movilización y la respuesta del Ejército hebreo fue más contenida, y el balance al cierre de esta edición era de tres palestinos muertos (cuatro si se cuenta el que falleció la noche del viernes y cuya noticia, conocida a primera hora de la mañana, hizo temer una jornada mucho más cruenta).

No obstante, al menos dos de los tres palestinos que ayer perdieron la vida fueron alcanzados por disparos de los soldados israelíes, pese a que el Ejército concentró su respuesta en el lanzamiento de botes de gas lacrimógeno, y los manifestantes gazacíes se emplearon con sus ondas y quemaron neumáticos, si bien el Estado judío informó de que también lanzaron granadas y artefactos explosivos.

La contención, con todo, presidió las acciones de uno y otro lado. Una delegación egipcia, que se encuentra en la Franja y ayer acompañó al jefe del movimiento islamista Hamás, Ismail Haniye, a observar la conmemoración sobre el terreno, medió con las dos partes para evitar otra escalada en el territorio.

Con los tres fallecidos de ayer, son cerca de 200 los palestinos que han muerto en estas marchas, y más de 70 (además de dos israelíes) los que han perdido la vida en otros incidentes violentos y enfrentamientos, según cifras de la agencia humanitaria de la ONU en los territorios ocupados, OCHA, desde que comenzara hace un año esta movilización con protestas semanales.

El Ministerio de Sanidad de la Franja de Gaza, que controla el movimiento islamista, informó de 46 heridos por disparos del Ejército israelí, un número menor a la media que se suele producir semanalmente y que ha dejado más de 6.000 palestinos lesionados por munición real desde hace un año.

La comisión organizadora alejó los campamentos improvisados para la ocasión a más de 700 metros de la frontera, donde se reunían familias, ancianos y jóvenes, entre puestos de comida y vendedores ambulantes en un ambiente más bien festivo y reivindicativo.

La llamada "gran marcha del retorno" pide el fin del bloqueo israelí y la vuelta de los refugiados palestinos a los a los hogares que abandonaron o de los que tuvieron que huir en 1948, y coincide con el Día de la Tierra, que conmemora la muerte de seis civiles en una protesta de 1976 por la confiscación por parte de Israel de tierras de propiedad palestina en Galilea, informa "Efe".