La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, dijo ayer que jamás mencionará el nombre del autor de la matanza de Christchurch, que causó 50 muertos y 50 heridos, para privarle de la notoriedad que buscaba.

"Nunca me escucharán mencionar su nombre. Es un terrorista, es un criminal, es un extremista, pero cuando hable (de él) será un sin-nombre", dijo Ardern en un emotivo discurso en el Parlamento.

"Hablen de aquellos que perdimos en lugar de aquel que acabó con sus vidas", sugirió en la Cámara, donde recordó a algunas de las víctimas, como Haji-Daoud Nabi, un afgano de 71 años que abrió la puerta de la mezquita Al Noor al asaltante y cuyas últimas palabras fueron: "Hola hermano, bienvenido".

La primera ministra reiteró que el asaltante de dos mezquitas de Christchurch será imputado con más cargos y será castigado "con todo el peso de la ley" en Nueva Zelanda.