Las manifestaciones contra Daniel Ortega volvieron el sábado a Managua y la Policía las reprimió con violencia y realizando al menos 107 detenciones, aunque el movimiento convocante, la Unidad Nacional Azul y Blanco, elevó a 164 el número de arrestos -entre ellos de periodistas y hasta un exministro- e informó de al menos seis heridos por disparos de los agentes.

Las protestas de cualquier tipo están prohibidas en Nicaragua desde hace seis meses, pero cercano ya el primer aniversario del estallido social contra Ortega (abril de 2018), el movimiento opositor calienta motores para otra explosión de descontento. La manifestación no pedía otra cosa que la libertad "incondicional y absoluta" de las personas arrestadas por protestar contra Ortega