Las mujeres fueron ayer las grandes protagonistas de una de las mayores jornadas de protesta de la historia reciente de Argelia. Decenas de miles de mujeres formaron en las filas de los cientos de miles de manifestantes que, a lo largo de todo el país, volvieron a protestar contra la voluntad del presidente Buteflika de conseguir un quinto mandato en las elecciones del próximo 18 de abril.

El trasfondo profundo de la protesta tiene su caldo de cultivo en la degradación de las condiciones de vida de la población, víctima de una severa crisis económica.

Hasta anoche, el incidente más destacado de la jornada había sido la detención del líder opositor argelino Rachid Nekkaz en el Hospital Universitario de Ginebra, donde está internado Buteflika. Nekkaz, un empresario nacido en Francia hace 47 años que presentó sin éxito su candidatura a los comicios de abril, podría ser acusado de allanamiento de morada. El opositor había convocado una pequeña protesta contra Buteflika, que congregó a una cincuentena de manifestantes junto a las instalaciones hospitalarias.

Mientras, y entre el silencio de la comunidad internacional, continúa el goteo de adhesiones a las reivindicaciones ciudadanas. Siete miembros del Comité Central del Frente de Liberación Nacional (FLN), la formación gubernamental, presentaron ayer su dimisión para sumarse a la protesta.