Varios ministros del Gobierno británico han pedido a la primera ministra, Theresa May, que aplace el Brexit, previsto para el 29 de marzo, para evitar una rebelión en los Comunes por parte de diputados que rechazan el modo en que está gestionando el Ejecutivo la salida de la Unión Europea.

La rebelión se inició ya esta semana con la defección de ocho laboristas y tres conservadores, partidarios de un segundo referéndum, que han formado un grupo independiente. Se espera que los abandonos conservadores y laboristas, rumbo al nuevo grupo, se incrementen a medida que se acerque el día fijado.

Mientras, May se mantiene inflexible en su oferta a los Comunes: o el Acuerdo de Salida pactado con la UE o el Brexit duro. En paralelo, negocia con Bruselas una alternativa a la polémica cláusula de salvaguarda para el Ulster.

El miércoles por la noche, Theresa May se reunió con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Ambas partes afirmaron que hubo un acercamiento y se estima que la idea de la prórrogs para poner en marcha una alternativa se abre paso pese al teórico rechazo que le profesa May.

Entre tanto, la Eurocámara ha rechazado que la propuesta para eximir a los británicos de visado en estancias en la UE inferiores a 90 días se refieran a Gibraltar como "colonia". El texto ha sido devuelto al Consejo Europeo.