Siete diputados del Partido Laborista británico abandonaron este lunes la formación en protesta por el liderazgo de Jeremy Corbyn, en particular su mala gestión de los casos internos de antisemitismo y su posición ambigua sobre el "brexit".

Luciana Berger, Chuka Umunna, Mike Gapes, Ann Coffey, Angela Smith, Chris Leslie y Gavin Shuker expusieron individualmente en una rueda de prensa las razones de su marcha, animaron a otros colegas a seguir sus pasos y anunciaron que mantendrán sus escaños en la Cámara de los Comunes como parte de un Grupo Independiente.

Berger dijo que consideraba a la formación opositora "institucionalmente antisemita", por la aparente debilidad de Corbyn para atajar los ataques al sionismo, mientras que Leslie sostuvo que el Laborismo "ha sido secuestrado por la máquina política de la izquierda dura".

Umunna lamentó que la directiva laborista no haya apoyado abiertamente la opción de un segundo referéndum sobre la salida de la Unión Europea (UE), que él defiende con la campaña multipartita "Voto del Pueblo".

Corbyn expresó su "decepción" por la marcha de estos disidentes y el "número dos" laborista, John McDonnell, les instó a renunciar a su escaño, obtenido con el ideario del partido, y someterse a nuevas elecciones parciales en sus respectivas circunscripciones.

"Estoy decepcionado de que estos parlamentarios se hayan sentido incapaces de seguir trabajando juntos por las políticas laboristas que han inspirado a millones desde las últimas elecciones (2017) y que vieron al partido aumentar su porcentaje (de votos) a su mayor nivel desde 1945", dijo Corbyn en un comunicado.

La marcha de los siete diputados ha motivado algunas muestras de apoyo de colegas en las redes sociales, así como expresiones de tristeza y también muchas críticas.

El portavoz laborista del "brexit", Keir Starmer, instó a unirse "en la lucha por los valores del partido del internacionalismo y la igualdad", y el alcalde de Londres, Sadiq Khan, también partidario de otro plebiscito, alertó de que, cuando el Laborismo se divide, "solo hay un desenlace: un Gobierno conservador".

Las Juventudes Laboristas tildaron a los dimisionarios de "cobardes" y "traidores" y la coordinadora del grupo de afiliados Momentum los acusó de querer devolver a la formación "a la era (del ex primer ministro Tony) Blair de privatizaciones y desgravaciones fiscales para los ricos".

El presidente del gobernante Partido Conservador, Brendan Lewis, declaró que "no debe permitirse que Corbyn haga al país lo que ha hecho a su partido", al cual, con su giro a la izquierda, ha cambiado "de forma irreversible".

El grupo de dimisionarios, que dispone ya de página web y cuenta en Twitter, presentó una Declaración de Independencia que regirá su actuación en el Parlamento, en la que se compromete a promover una política "basada en los hechos, no impulsada por la ideología".

En su opinión, ninguna de las formaciones representadas en la Cámara de los Comunes "puede proporcionar ni el liderazgo ni la dirección que el país necesita", mientras que ellos buscarán "reconocer el valor del debate sano" y "mostrar tolerancia hacia las diferentes opiniones", a fin de "construir consenso".

Los siete parlamentarios llamaron a otros diputados y a los electores "cansados" con el actual estado de la política a apoyar su iniciativa.

Su marcha recuerda a otra sufrida por el Partido Laborista en 1981, cuando cuatro diputados abandonaron la formación para fundar el Partido Democrático y Social (SDP), que luego se convirtió en el actual Partido Liberal Demócrata.

Es resultado además de meses de tensiones internas y conjeturas en la prensa sobre la posible fundación de una nueva formación de centro.

Veterano diputado de izquierdas, Corbyn accedió al liderazgo laborista en 2015 al ganar contra todo pronóstico unas elecciones primarias aupado por las bases pero con la oposición de buena parte del grupo parlamentario.

En 2016, se impuso en otros comicios internos del partido forzados por sus críticos para desbancarle, pero no logró unir a las facciones laboristas.

Bajo su mandato, el Partido Laborista ha promovido una política contra la austeridad y por la nacionalización de servicios públicos, se ha mostrado confuso sobre el "brexit" y ha aumentado el número de militantes a más de medio millón, la mayor formación europea.