Europa se mostró ayer dispuesta a asumir las riendas de su seguridad, avanzando en su integración militar y superando sus carencias, a la luz de la creciente amenaza rusa, el distanciamiento de EE UU y la pérdida de músculo defensivo que supone el "Brexit". La cuestión se convirtió en el asunto principal de la primera jornada de la Conferencia de Seguridad de Múnich. Los socios europeos de la OTAN deberían gastar el equivalente a 90.400 millones de euros en los próximos años para cumplir con el compromiso de aportar el 2% de su PIB.