Decenas de miles de venezolanos salieron ayer a las calles de Caracas para respaldar al autoproclamado presidente Juan Guaidó y reclamar que el Gobierno de Nicolás Maduro deje pasar la ayuda humanitaria que empieza a acumularse en la localidad fronteriza colombiana de Cúcuta. Es la segunda vez -la anterior fue el pasado día 2- que Guaidó saca a multitudes de partidarios a las calles sin incidentes dignos de mención.

Al final de la marcha, Guaidó se dirigió a la multitud desde un atril situado bajo una foto del médico José Gregorio Hernández, en proceso de beatificación por sus supuestos milagros. Desde allí anunció a los venezolanos que la ayuda empezará a entrar a finales de la próxima semana, el día 23. Guaidó pidió a la ciudadanía que acompañe la llegada de medicinas y alimentos, "en caravanas de protestas y movilización".

El lunes, Guaidó aseguró en un vídeo difundido por las redes sociales que ya se había hecho una entrega de ayuda. Aunque fue impreciso en los términos, poco después añadió que los bienes se encontraban ya en Caracas. Ayer informó de que en el estado brasileño de Roraima hay un segundo punto de acopio y adelantó que habrá otros dos más, aunque no precisó dónde se instalarán.

Respecto a la entrada de la ayuda, afirmó que los militares "tendrán algunos días para ponerse del lado de la Constitución y de la humanidad, para permitir el ingreso y el acceso". Era la segunda vez en la jornada que se refería al Ejército, ya que horas antes, en una entrevista con "Efe", denunció el apoyo de las fuerzas armadas a Maduro, un hilo que su pronunciamiento del 23 de enero, gestado en unión de EE UU, Colombia y Brasil, aún no ha logrado romper.

"Son las Fuerzas Armadas las que hoy sostienen al dictador (en alusión a Maduro) y el llamado ha sido muy claro, sin medias tintas, a ese sector importante del país, que tiene un rol no solamente en que cese la usurpación sino también en la reconstrucción de Venezuela", declaró.

Sobre la posibilidad de invocar una intervención extranjera respondió: "Eso es muy polémico. Lo que puedo aseverar en este momento con propiedad absoluta es que en el marco de nuestras competencias, del ejercicio pleno de la soberanía nacional, nosotros vamos a hacer lo necesario para lograr el cese de la dictadura".

En paralelo, el senador republicano de EE UU, Marco Rubio, una pieza clave en la trama estadounidense de la "operación Guaidó", advirtió que las garantías ofrecidas por el líder opositor y la Casa Blanca a altos mandos militares de Venezuela si ayudan a "restaurar" la democracia "no estarán siempre", por lo que, "deben tomar una decisión muy pronto sobre en qué lado de la ecuación quieren estar".

Desde Moscú, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, denunció que el proyecto de resolución sobre Venezuela impulsado por EE UU en el Consejo de Seguridad de la ONU busca sentar un pretexto para una intervención militar, por lo que adelantó el veto de Moscú. EE UU aboga por iniciar "inmediatamente" un "proceso político que lleve a unas elecciones presidenciales libres, justas y creíbles" bajo observación internacional. Rusia, por su parte, prepara una resolución "conciliadora", basada en el diálogo como única vía para solucionar la crisis. Dado que ambos países tienen derecho a veto, ninguna resolución saldrá adelante sin un acuerdo previo entre ellos.