El primer ministro de Italia, el independiente Conte, defendió ayer la estabilidad de su Gobierno después de que su socio, el ultraderechista Matteo Salvini, criticara su decisión de acoger a una decena de inmigrantes del barco de la ONG alemana "Sea Watch". La decisión de Conte, respaldada por el M5S, la otra pata del Ejecutivo, provocó las iras de Salvini, considerado el hombre fuerte del Gobierno y dio lugar a una tumultuosa reunión del Gobierno el miércoles.