El anuncio de retirada de EE UU de Siria sigue envenenando las relaciones entre Washington y Turquía. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, advirtió ayer a EE UU de que atacará a las milicias kurdas del YPG -que controlan un tercio del territorio sirio con el apoyo en tierra y aire del Pentágono- cuente o no para ello con el aval de la Casa Blanca.

Erdogan hizo estas declaraciones después de la visita a Ankara del consejero de Seguridad Nacional de EE UU, John Bolton, con quien no se reunió, en un gesto que ha sido interpretado como un desaire a Bolton. El Consejero enfadó profundamente a Erdogan este domingo al pedir desde Israel garantías de que Ankara no actuará contra las milicias del YPG, los grandes aliados de EE UU en Siria, que quedarán desprotegidas si se consuma la retirada militar anunciada por Trump. El YPG controla dos tercios de la frontera de Siria con Turquía, y Erdogan teme las relaciones de las milicias -a las que considera terroristas equiparables al Estado Islámico- con los kurdos de Turquía.

"Ellos (EE UU) no saben quiénes son mis ciudadanos kurdos ni quiénes son el YPG y el PKK (la guerrilla kurda de Turquía)", aseguró enfadado Erdogan. "Son terroristas, por eso no puede ser que nos digan: 'No toquen ustedes a estos kurdos'. Pase lo que pase, si son terroristas, haremos lo que haga falta. En eso se equivoca mucho John Bolton", aseguró Erdogan. "Muy pronto iniciaremos una operación en territorio sirio para neutralizar a estas organizaciones terroristas", prometió.

La prensa turca anunció ayer por la mañana que las autoridades turcas pedirán a EE UU que les entregue las veinte bases militares que ha establecido en el territorio sirio controlado por los kurdos o que, de no hacerlo, las destruya. El secretario de Estado de EE UU, Mike Pompeo, ha iniciado una visita a Oriente Medio en un intento de calmar las aguas encrespadas por Trump.