Donald Trump negó ayer que tenga diferencias con su consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, sobre la rapidez con que debe ejecutarse el repliegue de los 2.000 soldados de EE UU desplegados en Siria. El presidente sostiene que sus planes y los de Bolton "no son distintos", pero lo cierto es que él anunció en diciembre un repliegue total en 30 días, después habló de cuatro meses y este domingo Bolton admitió que la retirada se retrasará hasta que el Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés) sea derrotado.

Trump se cebó con una información de "The New York Times", al que acusó, como suele hacer, de publicar "una noticia muy inexacta". "No son distintas (las declaraciones de Bolton) de mis declaraciones originales. Vamos a salir a un ritmo adecuado mientras seguimos luchando contra el Estado Islámico y haciendo lo que sea prudente y necesario", tuiteó.

Trump no hace mención explícita a la noticia del rotativo neoyorquino, al que siempre tacha de "fracasado", y que el domingo publicó que Bolton "dio marcha atrás" a la intención de Trump de "retirarse rápidamente de Siria".

Bolton se encuentra de gira por Israel y Turquía en un viaje para paliar las posibles consecuencias negativas de la retirada y para dar garantías a los aliados de Washington en la región.

Bolton dijo que las fuerzas de su país seguirán en Siria hasta que sea derrotado el último miliciano del ISIS.

Las fuerzas estadounidenses actúan en coordinación con las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), las milicias de la autoproclamada República de Siria del Norte, formadas mayoritariamente por las Unidades de Protección Popular (YPG) kurdas, a las que el Gobierno turco considera terroristas.

El consejero de Seguridad Nacional llegó incluso a condicionar la salida de EE UU de Siria a la promesa de Turquía de que no atacará a las fuerzas kurdas cuando el repliegue sea efectivo.

"No nos gustaría que los turcos emprendieran acciones militares que no estén totalmente coordinadas y acordadas por Estados Unidos no solo por nuestras tropas, sino para que cumplan con el requisito del presidente Trump: las fuerzas de la oposición siria que han combatido con nosotros no pueden correr peligro", avisó.

Los líderes kurdo-sirios están planeando cerrar lo antes posible un acuerdo con el Gobierno sirio para redefinir, con la mediación de Rusia, el bastión kurdo del norte de Siria, en la frontera con Turquía, e independientemente de la próxima retirada de Estados Unidos, con el objetivo de legitimar su existencia como una comunidad autónoma y protegida de la amenaza de Ankara.

La administración kurda del norte del país ya ha presentado a Rusia una hoja de ruta y está pendiente de la respuesta de Moscú, según un testigo de los últimos encuentros, Badran Jia Kurd.