La Cámara de los Comunes se pronunciará finalmente el día 15 sobre el acuerdo de salida del Reino Unido de la UE. Pese al descanso navideño las posturas están tan enconadas como en diciembre, cuando Theresa May pospuso la votación para evitar una sonora derrota. Los escenarios de moción de censura y comicios anticipados que asomaban entonces como más probables siguen amenazando a May.

La Comisión Europea reiteró ayer que no hay prevista ninguna nueva reunión entre los quipos negociadores y que el acuerdo alcanzado por May y el Ejecutivo comunitario está cerrado, lo que viene a ser como decirle a la "premier" británica que, por ese lado, el de la renegociación del acuerdo, no obtendrá ayuda para conseguir el apoyo de los Comunes.

Sin embargo, el ministro para el "Brexit", Steve Barclay, dijo en el Parlamento que May sigue trabajando por la mejora del pacto al responder a una pregunta del líder laborista, Jeremy Corbyn, molesto porque la "premier" no fuera su interlocutora. Corbyn no ocultó su desacuerdo con un acuerdo que comparó con "el monstruo de Frankenstein".

De su lado, el Gobierno de la líder "tory" mantiene la presión para forzar la aprobación del pacto visibilizando los efectos que podría tener una salida por las bravas el próximo 29 de marzo. Más de un centenar de camiones participaron en un test concebido para prevenir la congestión viaria en el sureste de Inglaterra si aumentaran los controles fronterizos por un "Brexit" duro.