El presidente chino, Xi Jinping, reivindicó ayer la fuerza de China en el mundo y advirtió que "nadie está en posición de dictar al pueblo chino lo que debería hacer" durante la conmemoración del cuarenta aniversario de la reforma y la apertura del país asiático.

En un discurso de hora y media de duración en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín, Xi aseguró que el país no cesará su proceso de apertura al exterior, pero añadió que China "seguirá inquebrantable en el camino del socialismo con características chinas", informa Efe.

El presidente chino justificó estas políticas porque, en estas últimas cuatro décadas, "el país se ha despedido de los problemas que plagaron a su gente durante miles de años, incluidos el hambre, la escasez y la pobreza".

"China nunca crecerá a costa de los intereses de otros países, pero nunca renunciará a sus derechos e intereses legítimos ... El desarrollo de China no representa una amenaza para ningún otro país. China nunca buscará la hegemonía", dijo Xi Jinping.

El hincapié por expandir la apertura y la forma en que se abordará es una de las grandes preocupaciones de los analistas, especialmente después de que EE UU comenzara en marzo de este año una agria disputa comercial como respuesta a los "abusos" de China, citando el déficit comercial estadounidense, la transferencia forzada de tecnología y el robo de propiedad intelectual.