La canciller alemana, Angela Merkel, se perdió ayer la tradicional foto de familia y la inauguración oficial de la cumbre del G-20, después de que una avería de su avión la obligase el jueves por la noche, cuando volaba sobre Holanda, a regresar hacia Colonia, donde pasó la noche. El ejército del aire alemán descartó que la avería pudiera deberse a un acto de sabotaje, en contra de lo anunciado por el diario germano "Rheinische Post". El rotativo aseguró que el piloto, muy experimentado, calificó la avería de "fallo sin precedentes"

Ante la imposibilidad de servirse de un avión de recambio, Merkel viajó ayer hasta Madrid, donde ella y sus acompañantes embarcaron en un avión de la compañía española Iberia con rumbo a Buenos Aires.