La crisis abierta entre Rusia y Ucrania proyecta ya su sombra sobre la reunión del G-20 de este fin de semana en Buenos Aires, en la que estarán presentes el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y los aliados occidentales de Kiev. De momento, y tras dos amagos, el presidente de EE UU, Donald Trump, confirmó al fin ayer a media tarde la suspensión de su prevista entrevista de mañana con el líder del Kremlin. El magnate justificó la decisión en que Rusia mantiene en su poder los tres barcos ucranianos capturados el pasado domingo y ha condenado a 2 meses de cárcel a sus tripulantes.

La iniciativa de las declaraciones la llevó ayer el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, quien se reunió en Berlín con la canciller alemana, Angela Merkel. Poroshenko pidió a la OTAN que envíe navíos al mar de Azov, el pequeño mar enlazado con el mar Negro por el estrecho de Kerch, donde Rusia capturó los navíos.

La circulación por el mar de Azov, del que son ribereños tanto Ucrania como Rusia, está regulada por un tratado bilateral. Sin embargo, tras la anexión de Crimea en 2014, Moscú lo está convirtiendo cada vez más en un lago privado mediante el control del estrecho de Kerch. El Kremlin daña así seriamente la economía de puertos ucranianos como el antaño próspero de Mariupol, ya que la nada remota posibilidad de que Moscú niegue a sus navíos el acceso al mar de Azov resulta disuasoria para muchos armadores.

La demanda de Poroshenko se acompañó de una petición para que la comunidad internacional cierre a Rusia el acceso al mar Negro a través del Bósforo. Sin embargo, no tuvo eco. Merkel le mostró su apoyo e intentó calmar su enfado, pero respecto a los barcos un portavoz de su Gobierno afirmó que Alemania no desea "la militarización del conflicto sino un proceso político".

Berlín también rechazó la petición de que renuncie al gasoducto "Nord Stream 2", que abastecerá a Alemania de gas ruso. "La retirada de las empresas alemanas del proyecto no conduciría a que no se construyera el gasoducto, sino a que sólo Rusia lo construyese", precisó el ministerio de Exteriores germano.