La UE estaría dispuesta ahora a admitir, de modo provisional, un "Brexit" a la carta para impedir una salida abrupta del Reino Unido tras el periodo de transición -que finalizará en diciembre de 2020- y el consiguiente restablecimiento de una frontera dura entre Irlanda y el Ulster.

Según adelantó ayer el dominical "The Sunday Times", la primera ministra británica, Theresa May, ha obtenido de Bruselas la importante concesión de que todo Reino Unido, y no solamente Irlanda del Norte, permanezca en la unión aduanera tras la transición, lo que evitaría que el país tuviera dos regímenes comerciales diferentes.

El acuerdo incluiría una cláusula explícita de salida para convencer a los partidarios del "Brexit" de que la solución es solo temporal y nunca definitiva. Por otra parte, esta cláusula permitiría evitar a Bruselas las acusaciones de que ha cedido ante May y le ha dado la unión a la carta que, según la UE, perseguía con el denominado "plan de Chequers".

El adelanto hecho ayer por el dominical londinense fue calificado de "especulación" por las autoridades británicas, que, no obstante, admitieron que las negociaciones "avanzan bien", por lo que no cabe descartar que se alcance un acuerdo de "Brexit" blando que se someta el Consejo Europeo los próximos días 15 o 22 del presente mes.

El mantenimiento en la unión aduanera se completaría con el consentimiento de Bruselas para que la verificación regulatoria de mercancías se haga en origen (fábricas) o en destino (tiendas) en lugar de hacerlo en la frontera. De igual modo, se mantiene abierta la posibilidad de negociar en un futuro un acuerdo de libre comercio similar al que rige entre la UE y Canadá, como quieren los defensores del "Brexit" puro.

La noticia debe ponerse en relación con el adelanto hecho esta misma semana de que las dos partes habrían alcanzado un acuerdo sobre el intercambio de servicios financieros que salvaguarda el papel de la City londinense. De este modo, se habrían cumplido los dos puntos más importantes del "plan de Chequers", presentado por May en julio y que ocasionó la dimisión del ministro de Exteriores, Boris Johnson: unión aduanera y estatuto especial de la City. En todo caso, al abandonar el mercado único, Londres controlaría la circulación de personas (inmigración), lo que junto a la cláusula de provisionalidad de la unión aduanera podría ser argumento de peso para que los euroescépticos del Parlamento británico refrenden el acuerdo en diciembre.