El presidente de EE UU, Donald Trump, advirtió ayer que los efectivos militares desplegados en la frontera de EE UU con México dispararán a los inmigrantes centroamericanos que avanzan en caravana hacia su país si estos les lanzan piedras mientras intentan ingresar ilegalmente a territorio estadounidense. Trump sigue haciendo de la inmigración, personificada en la caravana -son ya cuatro en realidad-, su tema estrella ante las elecciones legislativas del próximo martes.

El magnate afirmó a la prensa en la Casa Blanca que algunos de los miles de migrantes que buscan llegar a EE UU desde Centroamérica lanzaron piedras a la policía mexicana de una forma "agresiva y violenta" en su camino hacia el norte. "No vamos a soportar eso", advirtió. "Si ellos lanzan piedras como lo hicieron con los militares mexicanos y con la policía, yo digo (a nuestros soldados) que lo consideren como si fuera un rifle", agregó.

El pasado 19 de octubre, seis policías resultaron lesionados cuando algunas de las 3.000 personas que por entonces integraban la caravana de inmigrantes tiraron abajo una valla fronteriza que les impedía el paso, aunque las autoridades informaron de que las agresiones, con petardos y piedras, fueron perpetradas por "personas ajenas a la propia caravana".

Más de 7.000 efectivos militares estadounidenses estarán posicionados desde este fin de semana en tres estados fronterizos con México. La cifra corresponde a lo ya anunciado: el envío a la frontera de 5.239 solados, que se unirán a 2.100 reservistas de la Guardia Nacional ya desplegados desde hace meses, según indicó ayer Michael Kucharek, portavoz del Comando Norte del ejército estadounidense (Northcom).

El miércoles, Trump advirtió de que el número de efectivos militares puede crecer en función de las necesidades que se vayan planteando y alcanzar incluso los 15.000. Un día después, el jueves, justificó su agresividad hacia la caravana, compuesta en muchos casos por familias enteras, asegurando que en ella hay pandilleros y "elementos peligrosos".