Miles de migrantes hondureños reanudaron ayer su camino hacia Estados Unidos después de salvar los requisitos migratorios de México, cuyo gobierno amenaza con deportar a los que entraron ilegalmente a su territorio. Desde hace una semana, unos 5.400 migrantes, la mayoría hondureños, llegaron a Guatemala. De ellos, unos 2.000 regresaron a Honduras y otros 3.000 se adentran en México aferrados al deseo de alcanzar la frontera con Estados Unidos. Para ello todavía tienen por delante un recorrido de entre 2.000 kilómetros y 4.000 kilómetros, dependiendo de la ruta que elijan.

Cientos de migrantes hondureños esperaban ayer sobre el puente que une Guatemala y México para cruzar a territorio mexicano y así poder seguir camino a Estados Unidos. Otros ya han superado ese obstáculo y, según fuentes de Protección Civil de México, son más de 3.000 los migrantes que recorren los casi 40 kilómetros que hay entre Ciudad Hidalgo y Tapachula, la segunda ciudad más importante del estado mexicano de Chiapas, donde proyectaban pasar la noche. Con la caravana caminan representantes de organismos civil y de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México, según pudo constatar Efe. Una fuerza de más de 600 policías estatales y federales instaló un retén a unos cinco kilómetros a Tapachula con la aparente intención de frenar el éxodo masivo de la caravana migrante.

Hasta el viernes pasado habían llegado a la frontera sur del México, alrededor de 4.500 migrantes centroamericanos, a los que se les ha dado una atención constante y humanitaria, según la Secretaría de Relaciones Exteriores. Ante la caravana de migrantes hondureños, México mantuvo una política de puertas abiertas y sus funcionarios de migración pactaron con ellos los términos para establecer una entrada ordenada en el país.

Mientras unos se mantiene en el empeño de alcanzar Estados Unidos, más 2.000 hondureños que integraban la caravana de inmigrantes que inició su andadura el 13 de octubre pasado con la intención de llegar a Estados Unidos decidieron retornar a su país de manera voluntaria. Los gobiernos de Guatemala y Honduras anunciaron un plan de retorno seguro para todos aquellos que quiera volver a su casa.

El Gobierno mexicano informó de que 640 migrantes solicitaron refugio en el punto fronterizo de Suchiate, a cuyas puertas se agolpan miles de personas que buscan entrar en el país.

El presidente Trump asegura que su Gobierno está haciendo "todos los esfuerzos posibles" para evitar que "la avalancha de extranjeros ilegales" crucen la frontera con México, y les advirtió que, de llegar, las autoridades estadounidenses no aceptarán su entrada. "Las personas deben solicitar asilo en México primero, y si no lo hacen, EE UU los rechazará. ¡Los tribunales están pidiendo a EE UU que haga cosas que no son factibles!", afirmó el mandatario en Twitter.