Duro golpe para la gran coalición de Angela Merkel: la CSU, el partido hermano de la CDU de la canciller germana, perdió ayer la mayoría absoluta que ostentaba en el Estado de Baviera, el más rico de Alemania, desde hace décadas y los socialdemócratas del SPD se hundieron al dejarse más de diez puntos respecto a los comicios de 2013. Las proyecciones de las televisiones públicas ARD y ZDF confirmaron las previsiones de debacle que vaticinaban los sondeos de los últimos días. La CSU obtendría un 37,3% de los votos, diez puntos menos que en las regionales de 2013, cuando cosechó un contundente 47,7%, en los peores resultados para la formación desde los años cincuenta del pasado siglo.

En segundo lugar habrían quedado los Verdes con un 17,8%, casi diez puntos más que en los anteriores comicios. Se trata de los mejores resultados obtenidos por los ecologistas en un Estado tan conservador y les colocan en una posición privilegiada para negociar y exigir contrapartidas a la alicaída CSU, de la que no pueden estar más distantes.

Por la tercera plaza estarían compitiendo Electores Libres (una escisión de la CSU y situada a su derecha) y la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), con el 11,5% y el 10,6%, respectivamente.

Pero la catástrofe, según las proyecciones de voto, es la del SPD, que ha venido siendo la segunda fuerza en el Estado. Los socialdemócratas se habrían desplomado hasta quedar en el 9,6%, su récord a la baja histórico.

Completará la Cámara regional el Partido Liberal (FDP), único partido con experiencia como coaligado del CSU, ya que formó gobierno con los conservadores entre 2008 y 2013, pero que por sí solo no podrá dar la mayoría que precisa, ya que se habría quedado en un 5% de apoyo.

El primer ministro de Baviera y líder regional de la Unión Social Cristiana (CSU), Markus Söder, reconoció que el de ayer "no es un día fácil para el partido". El líder de la formación y ministro del Interior, Horst Seehofer, más seco, admitió: "Esto no es un buen resultado, no hay nada que interpretar". Pero no se plantea dimitir.

Seehofer mantiene una cerrada pugna por el control del partido con Söder, en el cargo desde principios de año, cuando su predecesor al frente del "land" asumió una cartera en el Ejecutivo de Merkel, con quien sus relaciones tampoco son nada buenas.

La líder del SPD, Andrea Nahles, achacó el catastrófico resultado de su partido a que los socialdemócratas no supieron separar los comicios bávaros de la mala imagen de la gran coalición federal, que sale aún peor parada tras las elecciones de ayer.