El presidente de EE UU, Donald Trump, acusó ayer de "gritonas a sueldo" a los miles de mujeres que se manifiestan desde el jueves ante el Senado y en otros lugares de Washington y Nueva York, como la Torre Trump, contra los abusos sexuales. Las protestas han sido desencadenadas por el proceso de confirmación en la Cámara Alta del juez ultraconservador Brett Kavanaugh como miembro del Tribunal Supremo. Kavanaugh fue acusado hasta por cuatro mujeres de haber perpetrado agresiones sexuales y fue objeto de una investigación por parte del FBI.

"Estas gritonas de los ascensores son profesionales a sueldo que solo quieren que los senadores den mala imagen", escribió Trump en su cuenta de Twitter en referencia a grupos de mujeres que llegaron a acorralar en los pasillos del Congreso a senadores favorables a Kavanaugh, como Orrin Hatch. Esta invasión del Capitolio por parte de manifestantes, en su gran mayoría mujeres, que hasta ese momento protestaban en las inmediaciones del edificio, se saldó con enfrentamientos con la Policía que desembocaron en la detención de más de 300 personas, entre las que se encontraban la actriz Amy Schumer y la modelo Emily Ratajkowski. Trump acusó al magnate de origen húngaro George Soros de estar financiando las protestas.

La confirmación de Kavanaugh dio ayer un paso de gigante al aprobar el Pleno del Senado, por 51 votos contra 49, que hoy se proceda a la votación definitiva, pese a que hasta anoche el FBI no había hecho público el resultado de sus investigaciones. El jueves, relevantes congresistas republicanos afirmaron que el FBI no había encontrado "nada", ningún tipo de "indicios de mala conducta" en el pasado de Kavanaugh. Los demócratas calificaron la investigación de "incompleta" y "limitada".

Tras conocer el resultad, Trump reaccionó de inmediato y declaró estar "muy orgulloso" del acuerdo previo alcanzado en el Senado. Si, como se prevé, la votación de hoy consagra el nombramiento de Kavanaugh, este podría dejar sellada durante años una mayoría conservadora en el Tribunal Supremo, una institución que regula asuntos muy sensibles en la sociedad como el derecho al aborto, amenazado seriamente por Trump, y el control de armas.