La población de Rumanía acudirá este fin de semana a las urnas para decidir si quieren incluir en su Constitución que el matrimonio sólo debe ser legal cuando sea entre una mujer y un hombre, un referéndum que ha causado mucha controversia en el país, donde las asociaciones en defensa de los derechos LGBTI han asegurado que el plebiscito es "un puro fraude".

La legislación del país ya prohíbe el matrimonio o las parejas de hecho entre personas del mismo sexo y no reconoce los matrimonios homosexuales que hayan tenido lugar en el extranjero.

No obstante, la sociedad rumana votará para decidir si quiere que en la Constitución la definición de matrimonio sólo incluya aquellas uniones entre un hombre y una mujer, una iniciativa que ha surgido por parte de una asociación civil llamada Coalición por la Familia. Según ellos, el término neutral que aparece en la definición de matrimonio podría dar pie a una reforma que permita la legalización del matrimonio homosexual en un futuro.

Para que la votación tenga valor, el nivel de participación tiene que ser de un 30 por ciento, equivalente a cinco millones de personas.

Decenas de grupos en favor de los derechos humanos, que están animando a la población a boicotear la votación, han advertido que la aprobación de la medida acabaría con cualquier oportunidad de conseguir legalizar el matrimonio homosexual en un futuro.

Días antes de la votación, el Gobierno ha limitado las opciones para verificar un posible fraude en la votación y para recurrir el resultado, en contraste con lo que ocurre en unas elecciones presidenciales. "No hay formas eficientes de verificar un posible fraude en este referéndum", ha advertido el Think Tank independiente Expert Forum, que ha advertido ante "la falta de credibilidad" de la consulta.

La votación cuenta con el apoyo de la Iglesia Ortodoxa y del resto de credos nacionales. Las calles de Bucarest están llenas de carteles que abogan por el "Sí", alegando que así se defienden los valores de la familia y acaban con el riesgo de que las parejas homosexuales adopten o roben a los hijos de las parejas heterosexuales.

"Muchos temen que pueda pasar lo que en otros países, como el legalizar el matrimonio entre un hombre y un animal", ha advertido en la televisión nacional el líder Partido Socialdemócrata, Liviu Dragnea.Rumanía despenalizó la homosexualidad en 2001, décadas después que el resto de sus países vecinos.