Los ataques terroristas bajaron un 23% en todo el mundo en 2017 y las muertes provocadas por el fenómeno se redujeron en un 27% respecto a 2016, lo que EE UU atribuye a un descenso de la violencia en Irak, Turquía, Yemen y Siria según el informe anual de su departamento de Estado publicado ayer. El grupo Estado Islámico (ISIS) causó un 53% menos de víctimas que el año anterior y golpeó especialmente en Afganistán, Pakistán, Egipto y los países de África Occidental.