El círculo se estrecha. Paul Manafort, exjefe de campaña de Donald Trump, llegó ayer a un acuerdo con el fiscal especial de la trama rusa, Robert Mueller, para declararse culpable de dos delitos (conspiración contra EE UU y conspiración para obstruir a la justicia) y cooperar en las investigaciones que cercan al presidente. La Casa Blanca quitó hierro al cambio de postura del exasesor del magnate, que hasta ahora se había negado a colaborar con Mueller.

"Me declaro culpable", dijo Manafort, de 69 años, en su comparecencia de ayer ante un tribunal de Washington, en el marco de un acuerdo para reducir la condena que se derive del total de diez delitos de los que es considerado culpable, que podría llevarle a prisión durante lo que le queda de vida.

Con los dos delitos ya aceptados sobre la mesa, el exasesor se enfrenta a una pena máxima de diez años de cárcel, tal como recordó el juez responsable del caso, ante el que Manafort, vinculado con oligarcas y políticos cercanos al Kremlin, mostró su deseo de colaborar en las investigaciones que dirige Mueller.

En agosto, Manafort ya fue condenado por ocho cargos de delitos económicos por un jurado popular y estaba previsto que el próximo lunes comenzase la selección de un nuevo jurado para analizar si había blanqueado dinero, manipulado testigos o cometido irregularidades al no registrarse como agente extranjero, entre otros delitos, informa "Reuters".

La concesión de Manafort ante Mueller es un duro golpe para Trump, que hace pocas semanas elogió a su antiguo jefe de campaña precisamente por no haber llegado a un acuerdo, como sí hizo su exabogado personal, Michael Cohen. "A diferencia de Michael Cohen, se negó a inventarse historias para llegar a un acuerdo. ¡Cuánto respeto por un hombre valiente!", escribió Trump en su red social favorita.

El presidente considera a Mueller epicentro de una "caza de brujas" contra él y su entorno y no ha dejado de cuestionar sus investigaciones, cuyo principal cometido es esclarecer si Rusia benefició a Trump en la campaña de las presidenciales de noviembre de 2016.

La Casa Blanca, sin embargo, se apresuró a desvincularse de la decisión de Manafort y su portavoz, Sarah Huckabee Sanders, subrayó que "no tiene absolutamente nada que ver con el presidente o con su triunfal campaña presidencial de 2016".

Hasta la comparecencia de este viernes había dudas sobre si el acuerdo incluiría también compromisos de colaboración, en la medida en que se especulaba si Manafort evitaría ciertas concesiones al equipo de Mueller a cambio de obtener posteriormente un indulto que Trump, por ahora, ni confirma ni desmiente.

El exalcalde de Nueva York Rudolph Giuliani, abogado de Trump, afirmó antes de conocer la decisión de Manafort que un hipotético acuerdo no perjudicaría sus opciones. "Ayuda a obtener un perdón con el tiempo. Demuestra que has admitido la culpa".