La reiteradamente anunciada inminencia de una ofensiva final sobre el feudo rebelde sirio de Idlib sigue alimentando la perspectiva de que se produzcan ataques químicos por parte del régimen de Damasco, que serían respondidos de inmediato por Occidente. En esa coyuntura, Rusia, el más fiel aliado del Gobierno sirio, ha elevado la voz para alertar de montajes que reproduzcan falsos ataque químicos.

Lo hizo el martes y lo volvió a hacer ayer, cuando añadió confusión a sus alertas al asegurar que "los 'cascos blancos' y los terroristas se preparan para emplear realmente agentes tóxicos sobre la base de cloro contra los participantes en la puesta en escena, para luego acusar de ellos a las tropas gubernamentales".

Ayer mismo, Alemania advirtió que si finalmente hay ataques químicos responderá a ellos "de manera autónoma". Lo hizo el ministro de Exteriores, el socialdemócrata Heiko Maas, quien de ese modo se sitúa en contra de la posición oficial de su partido (SPD) de no intervenir en Siria.