El ministerio de Defensa de Irán presentó ayer el "Fateh Mobin", la última versión de su serie de misiles balísticos "Fateh". Un arma ya probada con "éxito", según fuentes oficiales, que representa un claro desafío a las exigencias de desarme de EE UU.

"Como prometimos a nuestro querido pueblo, no escatimaremos ningún esfuerzo para aumentar las capacidades de los misiles balísticos del país", declaró el ministro de Defensa, el general iraní Amir Hatami, durante la ceremonia de presentación de la nueva arma de Teherán.

Hatami aseguró que este misil de nueva generación, definido como "de corto alcance", tendrá la capacidad de evadir radares y alcanzar a sus objetivos con precisión milimétrica. "Es ágil, furtivo y táctico", aseguró el ministro, revelando también que puede detectar y atacar a sus objetivos tanto en tierra como en el mar.

La presentación de un nuevo misil por parte de Irán representa un claro desafío al cambio de postura de EE UU frente al régimen de los ayatolás a causa de sus misiles balísticos. Estos programas de armamento fueron una de las razones esgrimidas por el presidente estadounidense, Donald Trump, para retirar en mayo a su país del acuerdo nuclear multilateral de 2015, y volver a imponer un paquete de sanciones económicas a Teherán, que entraron en vigor hace justo una semana.

"La producción en masa del nuevo misil ayudará a Irán a dar grandes pasos para aumentar sus capacidades de defensa y su poder disuasorio", subrayó el general Hatami, advirtiendo a la vez que su país nunca permitirá que "gobiernos extranjeros" se inmiscuyan en sus "asuntos internos".

En un contexto en el que las relaciones entre ambos países parecen estar inmersas en una espiral de confrontación, el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, quien ostenta el cargo de jefe de Estado en el país persa, prohibió, por su parte, la reactivación de las negociaciones con EE UU para su vuelta al acuerdo nuclear de 2015 o para alcanzar un nuevo pacto.

"Prohíbo celebrar cualquier conversación con EE UU. Nunca han sido leales a las promesas que han hecho", declaró Jamenei, descartando no obstante que esto signifique el preludio de un conflicto armado. "No habrá guerra, ni negociaremos", explicó el ayatolá.

Pero Jamenei también dirigió sus críticas hacia el Gobierno iraní, liderado por el presidente Hasan Rohani, sin citarlo. "La mala gestión económica está ejerciendo más presión sobre los iraníes que las sanciones", aseguró el ayatolá, en una clara alusión a los resultados económicos de Rohani. "Con una mejor gestión y planificación, podremos resistir y superar las sanciones", sentenció Jamenei.