El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, calificó ayer de "incongruente" la decisión del régimen norcoreano de Kim Jong-un de seguir produciendo misiles de largo alcance pese al actual marco de diálogo y su presunto compromiso con la pacificación y desnuclearización de la península de Corea.

"El presidente Kim (Jong-un) se comprometió con la desnuclearización. El mundo demanda que cumpla con las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU", declaró Pompeo, asegurando que Pyongyang está violando con su comportamiento "incongruente" las resoluciones de ese órgano.

Estas declaraciones por parte de Pompeo, reunido ayer en la cumbre ministerial de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), surgieron a raíz de la revelación esta semana de unas informaciones que apuntan a que la inteligencia estadounidense habría descubierto, a través de unas imágenes captadas vía satélite, que Corea del Norte podría estar construyendo ahora mismo uno o dos nuevos misiles en su base militar de Sanumdong; el mismo complejo en el que ya fabricó anteriormente un misil balístico intercontinental (ICBM, por sus siglas en inglés) capaz de alcanzar la Costa Este de EE UU.

Por otra parte, las agencias de inteligencia estadounidenses desvelaron ayer que Rusia está desarrollando una "amplia campaña" para interferir las próximas elecciones legislativas que se celebrarán en EE UU en noviembre.

"Continuamos viendo una amplia campaña de mensajes de Rusia para debilitar y dividir" al país, declaró el director de la Inteligencia Nacional, Dan Coats, precisando, no obstante, que por ahora, dicha campaña no está realizando un esfuerzo "tan fuerte" como el de las presuntas injerencias del Kremlin en las elecciones presidenciales de 2016.

Estas revelaciones se produjeron al mismo tiempo que se hacía público que una presunta espía rusa habría conseguido infiltrarse en la embajada estadounidense en Moscú durante toda una década, tras haber sido contratada por los servicio secretos. Los investigadores descubrieron que la mujer mantenía reuniones periódicas no autorizadas con miembros de la principal agencia de inteligencia rusa, el FSB, a la que transmitía "mucha más información de la que debería tener".