El primer ministro griego, Alexis Tsipras, dio ayer un giro radical a la postura de su Gobierno respecto a los devastadores incendios de esta semana en la región de Ática. Si el Ejecutivo heleno se había eximido hasta el momento de cualquier tipo responsabilidad por la catástrofe, incidiendo en su naturaleza intencionada y "criminal", así como en la desastrosa planificación urbanística y en los "fuertes vientos" como causas de la devastación de los fuegos, Tsipras decidió salir al paso de las crecientes críticas asumiendo por primera vez su responsabilidad política.

"Hoy he llamado al gabinete, en primer lugar, porque quiero asumir integralmente la responsabilidad política de la tragedia ante del pueblo griego", escribió Tsipras en su cuenta de Twitter, tras convocar a su Consejo de Ministros para abordar la crisis. "No vamos a eludir la sombra de esta enorme catástrofe económica, nacional y humanitaria", añadió el mandatario, asegurando que siente "angustia" por si el Gobierno actuó "correctamente" en la gestión de los incendios.

En las 72 horas que siguieron al desastre, las distintas formaciones políticas griegas habían guardado silencio en un contexto de consternación y unidad nacional frente a la tragedia. Sin embargo, las críticas por parte de la oposición comenzaron a multiplicarse ayer contra el Gobierno y particularmente contra Tsipras, que todavía no ha visitado la zona afectada ni anunciado tampoco que vaya a hacerlo.

"Este espectáculo lamentable de no asumir ninguna responsabilidad solo puede causar más rabia", declaró el portavoz de la formación conservadora Nueva Democracia, principal partido en la oposición, que según las encuestas aventaja en 10 puntos a la gobernante Syriza en intención de voto. "Este gobierno es peligroso y tiene que irse", denunció, por su parte, Fofi Gennimatas, de la oposición centrista.

A las críticas de los partidos se sumaron también las de algunos medios. "Incapaces y provocadores", tituló en su portada el diario Ta Néa, afín a la principal formación conservadora. Con su "mea culpa" Tsipras trata de atajar la polémica desatada por las declaraciones, entre otros, de su ministro de Defensa, Planos Kamenos, quien atribuyó a las construcciones ilegales del pueblo de Mati la responsabilidad de la devastación desde la misma zona cero del incendio, llegando incluso a encararse con algunas víctimas allí presentes.

El futuro del actual Ejecutivo, que celebraba ya la salida de su tercer rescate financiero y el cercano acuerdo con Macedonia sobre el cambio de nombre de este país, se torna ahora incierto por la gestión de los peores incendios de la historia reciente de Grecia.

Mientras tanto, el número de muertos ascendió ayer a 87, cifra que no se descarta que llegue al centenar debido al alto número de heridos graves y personas en paradero desconocido.