El Gobierno del exguerrillero sandinista Daniel Ortega recuperó ayer el control de la ciudad de Masaya, último foco de resistencia opositora, tras un brutal asalto de las fuerzas oficialistas que dejó al menos tres muertos. Tras el ataque perpetrado por dos millares de efectivos de las llamadas "fuerzas combinadas", una suma de militares, policías y paramilitares, el Gobierno declaró "liberada" la urbe y especialmente el barrio indígena de Monimbó, secuestrado según la versión gubernamental por "terroristas financiados por la derecha golpista".

Según los balances provisionales, la ofensiva oficialista enmarcada en la denominada "Operación Limpieza" dejó en Masaya al menos tres muertos: un menor de 15 años, un policía y una mujer que se encontraba en la calle.

Las fuerzas oficialistas se centran ahora en la búsqueda de los jóvenes que huyeron de la ciudad rebelde, mientras el Gobierno prepara los actos de celebración por el 39 aniversario del derrocamiento del dictador Anastasio Somoza en 1979.

La Organización de Estados Americanos (OEA) reiteró por su parte su "enérgica condena" a la violencia perpetrada por el Gobierno nicaragüense en una resolución aprobada ayer, exhortando al presidente Ortega adelantar a marzo del año que viene las elecciones previstas para 2021, medida que el oficialismo considera un intento de golpe de Estado por parte de las fuerzas opositoras.