El presidente estadounidense, Donald Trump, desató ayer una oleada de críticas por su actitud durante la reunión que mantuvo en Helsinki con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en la que otorgó más credibilidad al exespía del KGB que a las agencias de inteligencia de su propio país al afirmar que no veía "ninguna razón" para creer que el Kremlin intervino en las elecciones que ganó en 2016.

"La conferencia de prensa de hoy en Helsinki es uno de los desempeños más vergonzosos de un presidente estadounidense que podamos recordar", criticó el senador republicano John McCain, junto a otros destacados legisladores republicanos y demócratas, mientras Trump llamaba a superar el pasado para "construir un futuro brillante".

Anoche, al cierre de esta edición, Trump rectificaba aclarando que acepta "las conclusiones" de sus agencias de espionaje de que Rusia interfirió en las elecciones.