El presidente estadounidense, Donald Trump, inició ayer su visita oficial al Reino Unido haciendo gala, como es habitual, de una retórica polémica a la par que contradictoria. Una entrevista con el periódico sensacionalista "The Sun" fue el detonante de todas las controversias. En ella, el mandatario norteamericano afirmó que la actual propuesta británica para el "Brexit", remitida ya oficialmente esta misma semana a Bruselas, "matará" toda posibilidad de un acuerdo comercial entre ambos países debido al mercado común de bienes que el plan prevé con la Unión Europea, basado en la alineación de Londres con la normativa comunitaria. Algo que obligaría a Washington a negociar dicho acuerdo con Bruselas y no con Londres.

En esa misma entrevista, el magnate neoyorquino asegura además que él ya había explicado a la primera ministra, Theresa May, cómo debería plantear el acuerdo sobre el "Brexit", pero May, apostilló, no le escuchó.

Poco después de la publicación de esta entrevista, Trump matizó su postura de forma inmediata. Tras acusar al periódico sensacionalista de publicar una "noticia falsa" por no incluir "muchas cosas buenas" que en teoría también dijo sobre la primera ministra, el magnate aseguró que lo que haga el Ejecutivo británico en relación a su salida de la UE "estará bien". Insistiendo en que la relación de su país con el Reino Unido es "muy, muy fuerte" y sin escatimar en elogios a May, a quien calificó de "mujer excelente" que "está haciendo un trabajo fantástico", Trump aseguró que lo único que importa es que ambos países puedan negociar un buen acuerdo comercial tras el "Brexit".

Theresa May, por su parte, se apresuró a quitar hierro al asunto de la entrevista. "No te preocupes, es solo prensa", respondió al inquilino de la Casa Blanca después de que afirmara sentirse "avergonzado".

En una rueda de prensa que ambos mandatarios ofrecieron al término de su encuentro bilateral en Chequers, May declaró que ambos países perseguirán "un ambicioso acuerdo comercial" tras la salida del Reino Unido de la UE. "No habrá límites en nuestra posibilidad de establecer acuerdos comerciales con todo el mundo una vez abandonemos la Unión Europea", afirmó la primera ministra, recalcando que no existen dos países "más unidos" que los suyos.

El presidente estadounidense, no obstante, insistió en esa misma rueda de prensa en su polémica idea de que el exministro de Exteriores británico, Boris Johnson, que presentó su dimisión por discrepancias con el plan de May, sería "un gran primer ministro".

Tras este encuentro, Trump y su mujer se dirigieron al palacio de Windsor, donde tomaron el té con la reina Isabel II, de 92 años, antes de poner rumbo a la ciudad escocesa de Glasgow, donde culminarán su visita al país.

Mientras tanto, decenas de miles de personas protagonizaron multitudinarias protestas en el centro de Londres y en todo el Reino Unido contra la visita de Donald Trump. Los actos se produjeron en ciudades como Belfast, Glasgow o Windsor, siendo la capital británica el epicentro de las protestas y el lugar donde finalmente se desplegó el famoso globo gigante que representa al mandatario estadounidense como un bebé en pañales.