El Gobierno austríaco anunció ayer que reforzará sus fronteras con Italia y Eslovenia tras la decisión alemana de crear "centros de tránsito" en la frontera entre Baviera y Austria para internar a los solicitantes de asilo y rechazarlos en caso de que ya hayan sido registrados por otro país de la Unión Europea (UE).

El canciller austríaco, Sebastian Kurz, criticó a Alemania por tomar "medidas nacionales" en cuestiones de inmigración y anunció que reforzará su frontera sur como consecuencia del "nuevo régimen fronterizo" alemán, que prevé la expulsión a Austria de todos aquellos solicitantes de asilo que no puedan ser devueltos a los países por los que entraron en territorio de la Unión.

El jefe del Ejecutivo de la república alpina también alertó del "efecto dominó" que acarreará en el seno de la UE la decisión alemana de limitar la entrada de inmigrantes a su territorio, puesto que países como Eslovenia, República Checa e Italia ya han anunciado que tomarán medidas similares a Alemania, generando así un endurecimiento de los controles fronterizos en toda la zona Schengen de libre circulación en Europa Central y Oriental.

Se trata de la primera reacción al pacto alcanzado a última hora de este lunes por la canciller alemana, Angela Merkel, y su ministro del Interior, Horst Seehofer, líder de la bávara Unión Socialcristiana (CSU), tras una crisis que pudo haber acabado con el Ejecutivo germano.

No obstante, la canciller debe ahora convencer a su otro socio de gobierno, los socialdemócratas (SPD), desde donde ya surgen voces críticas con el acuerdo, pese a que el partido ha pedido tiempo para considerar su respuesta. Un rechazo provocaría una crisis aún mayor dentro del Ejecutivo. También Bruselas se apresta a analizar el documento.

Todo ello coincide con el inicio de la presidencia austríaca del Consejo de la UE. Tras escoger como lema "Una Europa que protege", Sebastian Kurz, afirmó ayer ante la Eurocámara que "proteger a la gente europea" deberá ser su prioridad durante esta presidencia, y defendió la necesidad de un cambio "paradigmático" en la política migratoria europea, reforzando las fronteras exteriores de la UE y la cooperación entre Estados.