La propuesta de acometer un censo de los gitanos italianos lanzada por el ministro del Interior y viceprimer ministro de ese país, el liguista Matteo Salvini, ha desatado una fuerte polémica en Italia, donde se compara a las leyes fascistas, y genera serias tensiones en el interior del Ejecutivo entre la Liga y sus socios del Movimiento 5 Estrellas (M5S). El objetivo del censo es expulsar del país a los que no hayan nacido en Italia.

El otro viceprimer ministro, Luigi Di Maio (M5S), artífice de la alianza de Gobierno, advirtió a Salvini de que el censo de una parte de la población por su origen étnico viola la ley italiana y es inconstitucional. "Nos toca desafortunadamente quedarnos con los gitanos de nacionalidad italiana", comentó Salvini con su tradicional estilo xenófobo incrementando la ola de reacciones adversas a su iniciativa.

Si bien no hay cifras oficiales, según cálculos de una asociación cercana a la comunidad gitana, entre 120.000 y 180.000 miembros de esa etnia viven Italia. La mayoría de ellos tiene la nacionalidad italiana y más de la mitad son menores de edad. Los restantes provienen de Bulgaria, Rumania y en general países del este de Europa.