Irán anunció ayer a la ONU un plan para aumentar su capacidad de enriquecer uranio con la instalación de más centrifugadoras en la planta nuclear de Natanz. La iniciativa se ha interpretado como un aumento de la presión sobre Europa para que dé pasos decididos hacia el mantenimiento del tratado nuclear de 2015, puesto en peligro tras denunciarlo EE UU el pasado 8 de mayo.

El Tratado, que congela los planes nucleares de Irán hasta 2025, fue firmado con EE UU, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania. Tras la salida de EE UU, los países europeos expresaron su voluntad de mantener el pacto, pero pretenden renegociarlo para que englobe las pruebas balísticas iraníes y limite el papel del régimen de los ayatolás en Oriente Próximo. Rusia y China se oponen a cualquier cambio.

El enriquecimiento de uranio permite producir combustibles para centrales nucleares civiles, pero el uranio altamente enriquecido y en cantidad suficiente posibilita la fabricación de bombas atómicas. Teherán dio a entender ayer que el anuncio es solo una advertencia, ya que la instalación de más centrifugadoras "no significa que vayamos a comenzar a ponerlas en actividad" ni quiere decir tampoco que "hayan fracasado las negociaciones" con Europa. La UE anunció que está estudiando el anuncio iraní, a la vez que "trabaja al máximo" para salvar el Tratado y evitar posibles sanciones de EE UU derivadas de esta actitud.