El presidente de Rusia, Vladímir Putin, inauguró ayer al volante de un camión el puente de 19 kilómetros que une la península de Crimea, región ucraniana anexionada hace cuatro años por Moscú, con la Rusia continental a través del estrecho de Kerch. La gigantesca obra se inició en febrero de 2016 y ha tenido un coste total de 228.000 millones de rublos (3.000 millones de euros). El puente incluye cuatro carriles para vehículos y dos vías de tren que se espera estén terminadas a finales de 2019. La construcción del puente para conectar Crimea con Rusia sin pasar por territorio ucraniano fue prometida por Putin tras la anexión, que se acometió tras una intervención militar incruenta y un referéndum no reconocido por Ucrania ni por la comunidad internacional.