El presidente de EE UU, Donald Trump, consumó ayer sus amenazas y anunció la salida de su país del "podrido" tratado nuclear firmado en 2015 entre Irán y el Grupo 5+1 (EE UU, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania) para congelar hasta 2025 el programa atómico del régimen de los ayatolás. Trump adelantó que volverá a imponer a Teherán todas las sanciones levantadas desde la firma y alertó a terceros países de que también serán sancionados si ayudan a Irán "en su búsqueda de armas nucleares".

Trump, quien precisó que algunas sanciones no entrarán en vigor hasta dentro de 90 o 180 días, justificó su decisión en las supuestas "pruebas" de que Irán tiene un programa secreto presentadas el 30 de abril, con gran despliegue, por el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. El "premier" israelí acusó a Irán de haber engañado a la comunidad internacional tras la firma del tratado.

"En el corazón del acuerdo con Irán había una gran ficción: que un régimen asesino solo deseaba un programa de energía nuclear pacífico. Hoy, tenemos pruebas definitivas de que esta promesa iraní era una mentira", alegó Trump. El pasado lunes, el ex primer ministro israelí Yehud Olmert (2006-2009) aseguró que, cuando ejercía su cargo, ya conocía todos los datos expuestos por Netanyahu, con lo que estaba resaltando que eran antiguos. "Desafortunadamente, no hay nada en esos archivos que pruebe que los iraníes hayan violado el acuerdo nuclear", agregó.

Trump se mostró ayer dispuesto a trabajar con los otros firmantes del tratado para "encontrar una solución real, integral y duradera a la amenaza nuclear iraní" que también afronte las preocupaciones sobre el programa de misiles balísticos de Irán y sus actividades "terroristas en el mundo", o sea, su creciente influencia en Oriente Próximo.

Se trata de la renegociación anunciada por sorpresa por el presidente francés, Emmanuel Macron, durante su visita de abril a EE UU, que luego fue apoyada por Reino Unido y Alemania, pero no por Rusia y China. Trump confió ayer en que Irán querrá renegociar "un acuerdo duradero".

Macron, que siempre afirmó que Francia seguirá en el tratado, reaccionó ayer asegurando que su país, Alemania y el Reino Unido lamentan la decisión e insistió en la necesidad de lograr un acuerdo más ambicioso. La UE anunció que está dispuesta a preservar el pacto. Rusia advirtió de que alterar el actual acuerdo tendrá "consecuencias nefastas" y China instó a las partes a mantenerlo.