Gina Haspel, la candidata del presidente Trump para dirigir la Agencia Central de Inteligencia (CIA), renunció a ocupar el cargo por su implicación en interrogatorios en los que se torturó a los detenidos. Haspel fue convocada a la Casa Blanca para abordar su historial de interrogatorios y el empleo de técnicas como el ahogamiento simulado, considerado tortura. Ella misma decidió renunciar para evitar un proceso en el Senado.