El principal líder opositor ruso, Alexéi Navalni, y más de un millar de sus partidarios fueron detenidos ayer durante una manifestación no autorizada en Moscú, a dos días de la investidura de Vladimir Putin para un cuarto mandato presidencial. En las presidenciales de marzo, Putin fue reelegido con más del 76 por ciento de los votos.

Navalni, quien no pudo presentarse a los comicios del pasado 18 de marzo por una condena judicial que él considera orquestada por el Kremlin, convocó a una jornada de manifestaciones en todo el país. A la convocatoria respondieron miles de manifestantes, que se concentraron en numerosas ciudades del país bajo los lemas "¡Rusia será libre!" y "¡Abajo el zar!".

Según un grupo independiente que vigila las detenciones, al menos 1.029 partidarios de Navalni fueron arrestados por la policía a lo largo de la jornada, 574 de ellos en Moscú y al menos 164 en Cheliabinsk, en los Urales. "Las detenciones se llevaron a cabo de manera brutal", constata la organización. Al menos una persona fue hospitalizada y entre los detenidos hay numerosos adolescentes.

El propio Navalni fue arrestado poco después de llegar a la manifestación en la capital, ante los gritos de los manifestantes de "¡Vergüenza!" en ucraniano, en referencia a un célebre eslogan del levantamiento proeuropeo de Kiev en 2014. En San Petersburgo, la segunda ciudad de Rusia, varios miles de personas también salieron a la calle.