Alemania revivió ayer el temor a los ataques yihadistas con un atropello múltiple en el que perecieron dos personas y una treintena resultaron heridas. Ocurrió en la ciudad de Münster y el conductor del vehículo, con problemas psiquiátricos según la policía, se quitó la vida de un disparo en el propio vehículo.

El suceso tuvo lugar a primera hora de la tarde en una zona de calles estrechas y muy concurridas en el casco antiguo de la ciudad de Münster, en el norte de Alemania. Con temperaturas casi estivales los locales y cervecerías habían montado sus terrazas al aire libre. Una furgoneta avanzó a gran velocidad hasta arrollar a un grupo de personas que ocupaban uno de esos espacios públicos. Las primeras imágenes del lugar del atropello mostraban la furgoneta empotrada contra un edificio y rodeada de mesas y sillas de una terraza destrozadas. Las informaciones iniciales apuntaban a tres muertos, luego rebajados a dos, y una veintena de heridos, seis de ellos de gravedad.

Durante varias horas dominó la hipótesis de un atentado pese a que la policía insistía en que era "demasiado pronto" para hablar de un posible ataque terrorista. Las fuerzas de seguridad evacuaron la zona y pidieron que se evitara el centro de la ciudad para facilitar su investigación y el trabajo de los servicios de rescate, mientras fijaban un amplio dispositivo de seguridad. La policía investigó un objeto sospechoso encontrado en la furgoneta ante la posibilidad de que pudiera tratarse de un explosivo.

Cinco horas después, el ministro de Interior del estado de Renania del Norte Westfalia, Herbert Reul, aseguró que "nada apunta a que haya un trasfondo terrorista, aunque hay que esperar y se investiga en todas las direcciones". El conductor de la furgoneta que protagonizó el brutal atropello y se suicidó de un tiro en el mismo vehículo es un ciudadano alemán, "y no un refugiado o algo parecido", añadió el ministro.

El autor del atropello, según informaciones coincidentes de los principales medios alemanes, es Jens R., es un hombre de 48 años con problemas psicológicos y que ya había amenazado con suicidarse en ocasiones anteriores. El atacante vivía desde hace años en Münster, en una casa se situada a menos de dos kilómetros del lugar del atropello. Según varios medios, era conocido de la policía por delitos menores.