El presidente brasileño, Michel Temer, ordenó ayer que las fuerzas armadas se hagan cargo de la seguridad en el violento estado de Río de Janeiro. En 2017 hubo más de 18 homicidios diarios en ese estado, el segundo más rico del país latinoamericano.La medida, que regirá hasta finales de diciembre, cuando concluya la presidencia de Temer, supone que las fuerzas armadas asuman el control de todas las operaciones de seguridad, comanden los distintos cuerpos policiales y dirijan el sistema carcelario.