Enfrentamientos por la comida entre inmigrantes afganos y eritreos, de una violencia "jamás vista" en el puerto de Calais, en el norte de Francia, dejaron ayer una veintena de heridos, cuatro de los cuales, con heridas de bala, se debaten entre la vida y la muerte. Un quinto, también herido de un disparo, fue trasladado a la ciudad de Lille (norte).

Otros doce inmigrantes sufrieron múltiples traumatismos y heridas diversas, algunas provocadas por cortes con arma blanca, informó la prefectura de Pas de Calais, punto de paso para quienes desean cruzar el Canal de la Mancha y llegar al Reino Unido.

También se contabilizó un herido por atropello y dos policías resultaron con heridas leves, según la misma fuente.

La Prefectura, citada por la agencia Reuters, informó de que los choques tuvieron lugar durante el reparto de comida, entre las 15.00 y las 17.00 horas del jueves. "La Policía intervino para proteger a migrantes afganos amenazados por unos 200 de nacionalidad eritrea", precisó una fuente a la citada agencia de noticias.

Se trata del estallido de violencia más grave desde julio del año pasado, cuando las peleas entre grupos étnicos dejaron 16 heridos, uno de ellos grave.

El enfrentamiento habría empezado cuando un afgano abrió fuego, según la Prefectura, lo que acreditaría la tesis de la presencia de traficantes de personas en el lugar. Un segundo frente de lucha se abrió a pocos kilómetros, en Marck, cuando "un centenar de inmigrantes africanos armados con palos comenzó a atacar a unos veinte afganos", indicó la Fiscalía francesa.

Afganos y eritreos culpaban ayer de las refriegas a traficantes armados y a las precarias condiciones de vida de los inmigrantes de Calais, que suman entre 550, según la Prefectura, y 800, según las organizaciones humanitarias. Las ONGs han denunciado en reiteradas ocasiones la falta de servicios básicos para estas personas después del desmantelamiento del campamento ilegal conocido como 'La Jungla'.

El ministro del Interior, Gérard Collomb, anunció el envío de refuerzos policiales. La alcaldesa de Calais, Natacha Bouchart, describió la situación como de "guerra de bandas total".