Los finlandeses reeligieron ayer en primera vuelta al carismático presidente Sauli Niinistö, muy popular por su capacidad de representar al país en un contexto de crecientes tensiones entre Occidente y su vecino del este, Rusia. Desde su elección en 2012, Niinistö se había destacado por su habilidad para acercar a Finlandia a la OTAN sin contrariar a su vecino.