El cierre del Gobierno federal amargó ayer a Donald Trump su primer aniversario en la Casa Blanca. La incapacidad de los senadores republicanos para alcanzar un acuerdo con los demócratas que permitiera aprobar una extensión del presupuesto para las cuatro próximas semanas obliga al país a repetir el "shutdown" de 2013, cuando, durante la presidencia de Barack Obama, 800.000 funcionarios quedaron en paro durante dos semanas. No obstante el cierre gubernamental solo afecta a las operaciones no esenciales de la administración.

El Senado tenía de plazo hasta la medianoche del viernes para aprobar la extensión del presupuesto, obstáculo que superó el jueves la Cámara baja, donde los republicanos mantienen una holgada mayoría.

Sin embargo, en el Senado necesitaban sumar 60 de los 100 votos a favor y los republicanos (que tienen 51) no lograron que los demócratas dieran su brazo a torcer, principalmente porque los segundos pusieron como línea roja la retirada de la amenaza de deportación para los casi 700.000 "dreamers" o, al menos, la restitución de la protección que Trump les quitó meses atrás (a lo que el magnate solo está dispuesto a acceder si sus rivales aceptan financiar la construcción del muro con México).

"Es el primer aniversario de mi presidencia y los demócratas querían hacerme un bonito regalo", ironizó Trump, después de haber escrito en su red social favorita: "Los demócratas están más preocupados por los inmigrantes ilegales que por nuestros grandes militares o por la seguridad en nuestra peligrosa frontera sur". Y también: "Podrían fácilmente haber llegado a un acuerdo pero en su lugar prefirieron jugar la carta del 'shutdown'", protestó el mandatario.

El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, dijo que su bancada estaba abierta a "seguir hablando para resolver" el impasse. "No creo que esto nos muestre como una institución muy responsable. Los estadounidenses deberían esperar más de nosotros", dijo, visiblemente irritado. Pero el líder de la bancada demócrata, Chuck Schumer, dijo que "cada estadounidense sabe que los republicanos controlan la Casa Blanca, la Cámara de Representantes y el Senado, y que es su trabajo mantener el gobierno abierto".

Los primeros efectos del "shutdown" se sentirán a partir del lunes. Los militares deberán permanecer en sus puestos, al igual que la policía, la guardia fronteriza, los agentes aduaneros y los operadores de vuelo en todo el país.

En la administración pública se mantendrán en activo las operaciones de la Casa Blanca, el Departamento de Estado, el Congreso y Correos, aunque con menos personal. Entre las oficinas de la administración pública que serán cerradas figuran la Dirección Impositiva, la Administración de la Seguridad Social y los Departamentos de Vivienda, Educación, Comercio y Trabajo, así como la Oficina de Protección Ambiental.