El presidente francés, Emmanuel Macron, prometió ayer, durante una visita a Calais, firmeza en el ámbito migratorio, además de criticar las vacilaciones de la política comunitaria y advertir de que su Gobierno no dejará "en ningún caso" que se erija una nueva "jungla" en la localidad, en alusión al campamento desmantelado en octubre de 2016, que llegó a albergar a unas 8.000 personas. Alrededor de 500 inmigrantes irregulares continúan en la zona.