La coalición internacional liderada por Estados Unidos confirmó ayer los preparativos para disponer de una fuerza de 30.000 efectivos, la mitad de ellos veteranos de guerra kurdoarábes, para proteger la estabilidad territorial de Siria en la frontera con Turquía, una decisión que causó la indignación del Gobierno de Ankara.

Esta unidad se denomina Fuerza de Seguridad para la Frontera de Siria y sus integrantes forman parte en su mayoría de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza de milicias árabes y kurdas. Esta fuerza estará desplegada a lo largo del valle del Éufrates, con lo que también ejercerán cierta influencia en la vecina Irak.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, calificó ayer de "paso preocupante e inaceptable" la creación de la fuerza kurdoárabe. El Ministerio de Exteriores de Turquía recordó que Turquía está en guerra con las milicias kurdas del Partido de los Trabajadores y con sus aliados en Irak y Siria, que formarán parte de este nuevo contingente.