Corea del Sur propuso ayer a Corea del Norte mantener conversaciones de alto nivel el próximo martes, día 9, respondiendo así a la mano tendida por el líder de Pyongyang, Kim Jong-un. En su discurso de Año Nuevo, Kim instó a una mejora de las relaciones y sugirió que su país podría participar en los Juegos Olímpicos de invierno, que se disputarán en la localidad surcoreana de Pyeongchang.

El dirigente norcoreano utilizó su discurso del lunes para reiterar que su país es ya un Estado nuclear de pleno derecho y advirtió que tiene siempre a mano el "botón nuclear" en su despacho. Pero, paralelamente, hizo un gesto de apertura en dirección al Sur al mencionar que su país podría participar en las Olimpiadas.

El ministro para la Unificación surcoreano, Cho Myoung-Gyon, explicó ayer en una rueda de prensa que Seúl "reitera su voluntad de organizar conversaciones con el Norte en cualquier momento, en cualquier lugar y bajo cualquier forma".

"Esperamos que el Sur y el Norte puedan sentarse frente a frente para abordar la participación de Corea del Norte en los Juegos de Pyeongchang, así como otros asuntos de interés mutuo para mejorar las relaciones intercoreanas", agregó.

Desde el final de la Guerra de Corea (1950-53), los dos Estados rivales están separados por una Zona desmilitarizada (DMZ), una de las fronteras más fuertemente armadas del mundo. Las últimas conversaciones bilaterales se remontan a 2015.

El presidente surcoreano Moon Jae-In, partidario del diálogo, acogió con satisfacción las declaraciones de su homólogo norcoreano como una oportunidad para reactivar las conversaciones. Subrayó, sin embargo, que la mejora de las relaciones bilaterales debía ir acompañada de medidas de desnuclearización.

"Propongan por favor rápidamente medidas para retomar las relaciones intercoreanas y concretar la participación de la delegación norcoreana", dijo a su consejo de ministros. Hace unos meses el presidente surcoreano había propuesto dialogar a través de la Cruz Roja y el Ejército, pero Pyongyang hizo oídos sordos.

El presidente de EE UU, Donald Trump, interpretó el discurso del norcoreano Kim como una prueba de que las sanciones y presiones adicionales han comenzado a tener un "gran impacto" sobre el régimen del Norte. "Los soldados huyen peligrosamente hacia Corea del Sur. El 'Hombre Cohete' (Kim) ahora quiere hablar con Corea del Sur, por primera vez. Puede ser una buena noticia, o tal vez no. ¡Ya veremos!", escribió Trump en un tuit.